martes, 28 de abril de 2009

#94

Y en medio del pánico mundial por la gripe porcina (o gripe norteamericana como le están diciendo ahora, supongo que los chanchos se quejaron por la mala fama que les están haciendo), simplemente me olvidé de escribir ayer. Esta vez no hay absolutamente nada que justifique la falta de posteo. Fue simplemente un error humano, una falta de concentración. Estuve viendo las noticias y leyendo todo lo que pude para saber qué cuernos hacer en caso de resultar infectado o de tener que cuidar a un infectado, y en general saber cómo sobrevivir a esta nueva peste, y después simplemente me cepillé los dientes y me fui a dormir no el sueño de los justos sino el sueño de los agotados. Recién esta mañana cuando estaba preparando mi dosis de café de todos los días en el trabajo, me di cuenta de que había olvidado escribir algo. Supongo que eventualmente iba a ocurrir algo así, igual que cabe la posibilidad de que un día esté súper distraído y termine posteando dos veces.

Mientras tanto, al fin terminé de leer la primera novela de Dragonlance Chronicles (sí, la que empecé a leer hace más de dos meses), principalmente porque no había nada que hacer en la oficina. Ahora he empezado con el segundo libro, y teniendo en cuenta que el nivel de actividad va a seguir siendo casi el mismo por un tiempo más, posiblemente lo termine mucho más rápido. Tener que viajar, luego pasar un buen rato a la espera de que haya algo que hacer en la oficina, y al final del día volver a viajar puede resultar agotador pero al menos deja bastante tiempo para leer, aunque no para muchas otras cosas. Por cierto, esta noche en el camino ocurrió algo realmente memorable que prefiero postear en mi otro blog, más que nada porque el estilo de la narración va más con el estilo general de ese blog y no tanto con el de este. Como sea, empiezo a acostumbrarme mejor a la nueva rutina y la menor cantidad de horas de sueño cinco días a la semana. He recuperado la vieja costumbre de dormir todo lo que pueda en los buses, lo que me recuerda a algunas cosas que he leído sobre la forma en que los soldados, sobre todo los que están en zonas de conflicto, se acostumbran a comer y dormir en prácticamente cualquier lugar aunque sea por cinco minutos, para recuperar siquiera algo de energía y poder seguir adelante.

Acaba de llegar un mail de un amigo, con una propuesta para un posible negocio, pero el asunto es que por ahora no tengo fondos que pueda arriesgar… demonios, casi no tengo fondos para nada que no sea sobrevivir hasta que pueda volver a estabilizar mi situación financiera, mucho menos para arriesgar, pero de todas formas la idea no deja de ser buena. Tendré que pensar un poco al respecto los próximos días y el fin de semana hablaré con quien propuso la idea en primer lugar. En fin.

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