sábado, 4 de abril de 2009

#73

De regreso a la red después de dos días de total ausencia, desconectado del mundo en busca de un nuevo trabajo. Y la aventura aún no termina, pues el lunes volveré a estar desconectado mientras continúo la travesía por las inciertas aguas de las entrevistas y las pruebas. Eso significa, claro que este posteo deberá tener el triple de palabras que los otros, y que posiblemente el lunes tampoco pueda postear nada, pero al menos terminaré teniendo un trabajo que me permitirá seguir posteando más adelante y reunir el dinero suficiente para una nueva temporada de entretenido y productivo desempleo en el futuro. Realmente me gusta la idea de trabajar duro durante un tiempo, ahorrar una buena cantidad de dinero y luego poder pasar algunos meses concentrado en las cosas que realmente me gustan, haciendo de freelance sin la necesidad apremiante de ganar más dinero para sobrevivir. Claro que si pudiera hacerlo durante un año entero y no sólo durante un par de meses sería genial, pero para eso tengo que trabajar bastante durante un tiempo más o menos largo, posiblemente un par de años. Y si el freelancing fuera más frecuente, digamos una vez por semana, sería mucho mejor todavía.

Una de las cosas que no me gustan de buscar trabajo es tener que pasar por esas convocatorias en las que tienes que esperar junto a media docena de otras personas que te sonríen y hasta te conversan cuando en el fondo están pensando "ojalá que no te escojan a ti", es decir, es una situación bastante hipócrita en la que entablas una conversación mientras tratas de descubrir si el otro sujeto te puede quitar el puesto o no, y si descubres que realmente puede hacerlo, continúas la conversación mientras lo odias a muerte. Prefiero las entrevistas en las que sólo tienes que llegar a una hora determinada y realmente no tienes que interactuar con los demás postulantes. Claro que eso es prácticamente imposible cuando postulas a un puesto para el cual necesitas pasar por una sesión de capacitación antes de pasar la primera prueba, pues las capacitaciones siempre son grupales para pode ahorrar tiempo y recursos. Otra de las cosas que no me gustan es la incertidumbre, el tener que estar pendiente de una llamada telefónica que tarda demasiado en llegar y que en el fondo temes que no llegue nunca aunque sepas que estas más que calificado para el puesto al que estás postulando, pero de todas formas la espera te hace sentir incómodo, y te quedas con la sensación de que alguien puede haber tenido una habilidad oculta que lo hiciera mejor que tú. Hasta que llega la llamada y tienes que empezar a hacer los cambios necesarios para poder adaptarte a tu nuevo trabajo. Otra cosa que no me gusta es el hecho de tener que gastar en comer fuera de la casa e ir de un lado a otro cuando estoy tratando de gastar menos para poder sobrevivir un tiempo más, pero esa es una cuestión eventual que no siempre sucede.

Cuando recién sales de un trabajo que has tenido durante un par de años, el mundo se ve algo raro, porque de pronto tienes un tiempo libre que ya habías olvidado que podía existir, y muchas veces no sabes qué hacer con él y para algunos puede resultar desesperante e incluso frustrante. Si tienes algunos proyectos personales que has venido dejando de lado por falta de tiempo, este es el mejor momento para completarlos o al menos empezarlos. Y cuando llegas al punto en que ya no sabes qué más hacer, entonces es el momento de buscar un nuevo empleo y empezar de nuevo. Empezar de nuevo no es tan difícil como suena, sobre todo cuando tienes en mente un objetivo que pretendes alcanzar con este nuevo principio. Además, eso te da la oportunidad de conocer nuevas personas que posiblemente compartan alguna de tus aficiones. Claro que eso también significa la posibilidad de encontrar gente tan o más indeseable como la que encontraste antes y hubieras preferido no volver a encontrar jamás. Es inevitable, supongo, pero prefiero mantener la distancia mientras sea posible, y mientras más distancia mejor, para evitar la mala sangre y el exceso biliar que se produce ante la proximidad de personas que deberían estar a miles de kilómetros de distancia, preferiblemente en alguna caldera del infierno en la que puedan continuar su existencia sin perturbar la mía ni la de otros. Creo que esa es la cosa que más odio de tener que trabajar con otras personas.

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