Algunas veces no hay nada más productivo que una buena noche de sueño. Normalmente mis costumbres son más bien nocturnas, caracterizados por las noches enteras dedicadas a alguno de mis hábitos geek como los juegos de video, Dungeons and Dragons, o algún libro o comic que leo compulsivamente, pero esta semana me vi obligado a cambiar las costumbres para poder adaptarme al trabajo, y al menos hasta ahora está valiendo la pena, aunque aún siento la tentación de quedarme despierto toda la noche leyendo comics aunque por la mañana no pueda abrir los ojos y termine quedándome dormido en la oficina. Después de haber dormido casi diez horas, me siento mejor que nunca, como si no hubiera estado durmiendo poco durante la semana. Nada como pasar el día entero jugando con la PC y leyendo los comics que no leí durante la semana, para completar el descanso. Incluso pagar las cuentas pendientes (y darme cuenta que cada vez estoy más cerca de agotar mi plan de supervivencia) han sido algunos detalles perdidos en medio de una tranquila mañana con una taza caliente de café y una tarde dedicada a ayudar a mamá a preparar algunos dulces. Claro que las cosas serían aún mejores si a mi suegra no se le hubiese ocurrido dejar a Fani abandonada en la casa y no avisar a qué hora regresa, así que la salida a comer se ha convertido más bien en un posible pedido de comida y una cena en casa. Sea como sea, de todas formas habrá valido la pena.
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