domingo, 31 de mayo de 2009

Segundo interludio

El domingo pasado me propuse escribir en este blog todos los días costase lo que costase, aunque tuviera que dormir apenas un par de horas diarias (después de todo siempre puedo aprovechar para dormir un rato en la oficina cuando las cosas se ponen lentas). Y realmente tenía toda la intención de hacerlo, incluso empecé a llevar conmigo un cuaderno para hacer los borradores en la oficina y en el carro. El martes por la noche me sentí bastante cansado y pensé irme a dormir y simplemente dar el posteo como perdido y olvidar el asunto hasta la noche del miércoles. Mi cuerpo no pensó lo mismo.

En la madrugada del miércoles empecé a sentirme realmente mal, una de esas situaciones en que el estómago se declara en huelga y el mundo se pone de cabeza hasta nuevo aviso. Después de una inyección y una serie de pastillas me sentía mejor, pero apenas podía mantenerme consciente. Una de las pastillas era un relajante para ayudar a estabilizar mi sistema, lo cual es bastante bueno, pero la sensación de adormecimiento no es tan bienvenida cuando quieres hacer otras cosas además de dormir. Así he pasado los últimos días, y por eso no he podido escribir nada aquí ni en ningún otro lugar.

Por cierto, Windows se había declarado en huelga el lunes por la noche y me vi obligado a instalar Ubuntu para poder hacer un backup de Alexiel. Ayer por la tarde, después de varios intentos cautelosos, finalmente he logrado instalar Ubuntu al lado de Windows y parecen estarse llevando bien. Esperamos que sigan así.

lunes, 25 de mayo de 2009

#111

Ayer noté que los posteos han estado apareciendo fuera de fecha nuevamente. Me pregunto si los servidores de Google estarán con hipo de nuevo. En fin.

Este fin de semana fue feriado en Estados Unidos, y por suerte mi trabajo depende tanto del calendario local como del calendario gringo, así que tuve un fin de semana largo que se extendió hasta hoy. Pensé aprovechar para poner en orden algunas cosas, hacer una copia de seguridad y limpiar un poco a Alexiel, además de pasar un rato con Fani (que la final terminó convertido en un mal rato por culpa de mi hermano). Al final, el sábado se me pasó demasiado rápido mientras leía los correos y noticias atrasados de toda la semana y conversar con Fani, así que tuve que dejar todo lo demás para el domingo.

Algunas veces me da la impresión de que el tiempo fuera incluso más corto durante el fin de semana, incluso durante los feriados largos, porque al final todo ese tiempo libre no alcanza para casi nada. Siempre me resultará interesante la forma en que los humanos percibimos el paso del tiempo, la forma en que el tiempo se vuelve relativo a pesar de ser una constante universal. Y lo que más me fascina del tiempo es la forma en que siempre resulta corto cuando uno trata de hacer que dure lo más posible. De alguna forma es como si el tiempo mismo se empecinase en pasar más rápido cuando necesitamos que demore en pasar. Relatividad que le dicen.

viernes, 22 de mayo de 2009

#110

Otra semana que termina y al menos he podido mantener el ritmo de los posteos en este blog. Espero realmente poder establecer un ritmo que me permita seguir escribiendo sin sacrificar el tiempo de sueño. Vuelve a mi mente la idea de que tener una laptop me ayudaría con eso, pero le hecho de haber pagado una de las cuentas de este mes y ver que mis cuenta bancaria esta prácticamente por los suelos (y que seguirán estándolo por al menos un mes más), me hace pensar que la posibilidad de comprar una laptop está aún más o menos lejana, al menos hasta que la situación se estabilice lo suficiente como para arriesgarme a comprarla en plazos.

Mientras tanto, he pensado retomar la vieja costumbre de tomar notas en un cuaderno para después convertirlas en un posteo al llegar al estudio en la noche. Eso me ayudaría a tener siquiera una idea de lo que voy a escribir, en lugar de sentarme frente al monitor y empezar a darle vueltas y vueltas a las cosas que pasaron en el día, en busca de algo que pueda convertirse en un posteo. Tomar notas es una costumbre que adquirí en la universidad, cuando escribía un blog acerca de mi vida sentimental, y solía escribir bastante durante las clases más aburridas, aunque al final opté por escribir directamente en la computadora para que el proceso fuese más fluido. Ahora me veo obligado a volver a hacer borradores en un cuaderno, al menos hasta que pueda costear la laptop.

jueves, 21 de mayo de 2009

#109

Me siento bastante agotado hoy, lo cual es raro pues anoche dormí bastante bien. Hoy ha sido uno de esos días en que he seguido adelante sólo por acción de la cafeína y el chocolate en mi sistema. Normalmente eso sucede por las tardes, después del almuerzo, cuando el adormecimiento producto de la digestión se suma a la natural flojera y el sueño atrasado de los días anteriores.

He descubierto en las últimas semanas que el adormecimiento de la tarde me ayuda  concentrarme en la lectura, de modo que he terminado ya de leer Dragons Of Winter Night y he avanzado alrededor de sesenta paginas de Dragons Of Spring Dawning, lo que significa que posiblemente pueda terminar de leerlo para el final de la próxima semana y que quizás termine con las otras dos trilogías en los próximos dos meses. Eso significa que debo hacer otro pedido de libros a mediados o fines del próximo mes, para estar seguro de tenerlos a tiempo para no interrumpir la costumbre. Esta vez mi pedido estará más bien orientado hacia la ciencia ficción, con algunos libros de Heinlein que he querido leer desde hace unos años. Posiblemente añada también un par de libros de Lovecraft, ya que sólo lo he leído en español hasta el momento y me intriga saber cómo se siente leer las historias de Cthulhu en inglés. Así pues, mi pequeña biblioteca crecería a mediados del próximo mes para poder darle buen uso a las horas de somnolencia de la tarde en el trabajo.

miércoles, 20 de mayo de 2009

#108

Subo a la azotea de la casa para contemplar la ciudad y respirar un poco antes de ir a dormir. No es algo que haga con frecuencia, pero de pronto sentí ganas de subir esta noche. Observo la gruesa línea de nubes en el horizonte, apenas visible por encima de la densa neblina que empieza a cubrir la ciudad. El viento arremolina el banco de neblina a mi alrededor y me envuelve, trayendo nuevamente los fantasmas que creí haber desterrado hace una semana. Había olvidado por completo que aún quedaba magia remanente aquí arriba, lejos del mundo. Es curioso. Debería haber también algo de eso en el resto de la casa, sobre todo en el estudio, pero no lo he sentido hasta ahora. Claro que es probable que el hecho de pasar mucho tiempo ahí haya terminado por convertir esa magia remanente en algo tan familiar que ya no trae esos fantasmas. O será que de alguna forma espero que esa energía no desaparezca y la acepto y paso por alto los fantasmas que habitan allí. Un par de cigarrillos, algo de whiskey y unas horas de sueño deberían ser un buen hechizo para alejarlos a todos de una buena vez. Tengo que ir a trabajar dentro de siete horas, así que tengo tiempo suficiente para hacerlo y continuar con mi vida como si nada hubiese pasado. O al menos sin dar señales obvias de que algo realmente sucedió durante la noche. Una buena dosis de café por la mañana completará el hechizo.

martes, 19 de mayo de 2009

#107

Y bueno, nuevamente parece que el tiempo no alcanzase para nada por mucho que me esfuerce en hacer las cosas en cuanto llego a casa cada noche. Supongo que después de todo no puedo hacer todas las cosas que quiero hacer en el poco tiempo que tengo disponible, y tendré que empezar a reorganizar un poco mi escaso tiempo libre. Mientras tanto, sigo considerando (cada vez más seriamente) la posibilidad de comprar una laptop para poder escribir en el bus y simplemente postear al llegar a la casa, lo cual además me daría la posibilidad de avanzar otros proyectos que por el momento están algo relegados justamente por la falta de tiempo. Además sería una buena excusa para tener un sistema que funcione únicamente bajo Ubuntu, lo cual me forzaría a familiarizarme de una buena vez con Linux. Eso también implicaría conseguir un router inalámbrico para tener conectividad en toda la casa y poder postear desde mi cuarto o desde el comedor sin tener que estar moviendo los cables del estudio… lo cual dejaría abierta la posibilidad de convertir el disco duro externo en un servidor de archivos para mantener una copia de seguridad actualizada de las cosas que escriba en la laptop, que se convertiría básicamente en la computadora de trabajo de lunes a jueves, salvo cuando tenga que hacer algo que requiera la potencia de Alexiel. Aumentar la productividad siempre es la mejor excusa para agregar un par de nuevos juguetes tecnológicos a lo que Micky ha decidido llamar "La Baticueva".

lunes, 18 de mayo de 2009

#106

El mundo sigue dando vueltas sin que nos demos cuenta. Mientras por aquí las cosas se iban al cuerno y yo me veía obligado a enfrentar mis fantasmas en la neblina nocturna, a miles de kilómetros de distancia una de las personas más sinceras que he conocido daba a luz a su primer hijo.

Es extraña la forma en que las cosas cambian con el paso del tiempo, la forma en que las distancias se hacen cada vez más grandes o más cortas pero no dejan de ser distancias al fin y al cabo. Extraña la forma en que las personas pueden seguir estando cerca a pesar de que estén al otro lado del mundo. Extraña también la forma en que las personas pueden alejarse aunque estén cerca una de la otra. Hay algo de mágico en todo eso. Es como la magia de los recuerdos en la neblina y las brumas del sueño, una suerte de magia que proviene de la energía que queda impregnada en nosotros mismos a medida que pasamos tiempo con personas que son importantes para nosotros de una forma un otra. Algunas veces las energías se impregnan tanto que podemos sentir indicios de las cosas que afectan a esas otras personas. Hubo un tiempo en que podía sentir los cambios en su energía, pero ahora estuve tan concentrado en mis problemas y mis fantasmas que este cambio importante pasó desapercibido. El mundo ha cambiado, pero algunas cosas seguirán siendo las mismas para siempre.

Felicidades Joha. Bienvenido, Noah Robert.

domingo, 17 de mayo de 2009

#105

El domingo pasado me vi obligado a reinstalar Windows XP después de comprobar que la instalación de Ubuntu lo había vuelto demasiado lento. Luego Ubuntu se resistió firmemente a ser desalojado del sistema, así que tras varios intentos fallidos de encontrar una solución, me vi forzado a formatear ambos discos duros para eliminar por completo todo rastro de ambos sistemas operativos y empezar prácticamente desde cero. Digo prácticamente porque pude hacer una copia de seguridad de todas las cosas importantes, de modo que sólo quedaba volver a instalar todos los programas y copiar todos los documentos en su lugar para que Alexiel volviese a estar en plena forma una vez más. Claro que decirlo es mucho más fácil que hacerlo, porque es un proceso bastante tedioso debido a la cantidad de cosas que Alexiel tiene encima. El asunto empieza por instalar los drivers del procesador y la placa, sigue con la tarjeta de video, el monitor, las lectoras, luego hay que configurar la red e instalar la impresora, el scanner, los discos duros externos, los antivirus y antispyware, la tableta, y así sucesivamente, y luego actualizar todos los drivers que puedan haber quedado desfasados. Instalar los programas es una de las partes más tediosas, pues algunos pueden demorar hasta media hora en instalarse, y hay que reiniciar el sistema a cada rato.

Y en eso me he pasado casi todas las noches de la semana y no he podido darme un momento para escribir algo. Digo casi todas las noches porque la noche del viernes fui al concierto de MIsfits y la noche del sábado finalmente pude dormir.

Interludio

Una semana entera sin escribir nada aquí, y sucedió sin querer. Dentro de  un par de horas tendré listo el posteo de hoy, y ahí explicaré por qué no he escrito nada en toda la semana. Espero poder recuperar el ritmo en esta semana que recién empieza.

sábado, 9 de mayo de 2009

#104

Anoche, después de muchas lunas, decidí ir al cine solo. En realidad lo decidí el lunes por la mañana, de cara a la nueva forma que había tomado el mundo. Nunca me ha gustado la idea de ir al cine solo, pues para mí se trata de una experiencia social, un evento que debe ser celebrado en un grupo de al menos dos personas. Sin embargo, esperar hasta que se volviese a presentar la oportunidad de no ir solo al cine habría significado quedarme sin ver esta película que había estado esperando por meses. Así las cosas, sólo quedaba una opción. Tomada ya la decisión y hechos todos los preparativos (dinero en la billetera suficiente para entrada y canchita, anteojos limpios para no perder detalle, visita rápida al baño para dejar la vejiga lista para las ingentes cantidades de gaseosa que vendrían junto con la canchita), salí disparado del edificio al final de mi turno y caminé hasta el cine para evitar el tráfico y tener tiempo de comprar algunas cosas antes de la función. Al llegar me di con la sorpresa de que la función empezaba en menos de diez minutos, pero afortunadamente la siguiente función no empezaba hasta dentro de casi una hora, lo cual me dejaba tiempo más que suficiente para llamar por teléfono a casa y avisar de la demora, además de una llamada adicional que había querido hacer desde la mañana. Tras colgar el teléfono después de la segunda llamada, entré al supermercado a comprar mantequilla de maní y Nutella para abastecer la despensa y darle un poco de variedad al desayuno, y cigarrillos para las caminatas nocturnas hasta de regreso a casa. Hacer fila con la mochila precariamente colgada sobre un hombro mientras sostengo la caja de canchita en una mano y el gigantesco vaso de gaseosa en la otra no fue nada agradable. Claro que cuando la película estaba casi por la mitad me invadió la sensación de que el esfuerzo no había sido en vano. Las reacciones que veía a mi alrededor con el rabillo del ojo me indicaban que no era sólo una idea mía. Al terminar la función vi las expresiones de satisfacción en las personas que pasaban a mi lado mientras salíamos de la sala. Afuera, la noche era más bien fría y el tráfico era realmente tóxico.

De camino a casa repasaba en mi mente casi todas las escenas, tratando de recordar los diálogos al pie de la letra, fascinado por la experiencia vivida. De todas formas me queda una ligera sensación insípida en el fondo de la lengua, pero no por la gaseosa, ni por la canchita, mucho menos por la película. Es por haber visto la película solo. Si tan sólo hubiese tenido con quién compartirla. El humo del cigarrillo llena mis pulmones y me distrae lo suficiente como para que esa sensación quede oculta detrás de el sabor amargo del humo y el banco de neblina en el que me interno ahora. Larga vida y prosperidad.

jueves, 7 de mayo de 2009

#103

El día ha pasado en medio de una cierta somnolencia que se niega a ceder ante el café. Hace unos días también la tuve, y la solución fue dormir por varias horas para poder recuperar energías suficientes para poder seguir adelante. He intentado por todos los medios, pero nada parece ser lo suficientemente bueno para mantenerme plenamente consciente. Es más, acabo de quedarme dormido por varios segundos mientras trataba de terminar esta línea. Los ojos se me cierran sin que pueda hacer nada para impedirlo. Mis manos están ligeramente adormecidas, lo cual he notado que siempre me sucede cuando llevo ya demasiadas horas despierto. Si bien he aprendido a aprovechar los minutos en el bus para dormir siquiera un par de horas extra, pero al final casi siempre estoy tan cansado que ya no creo que eso me esté ayudando en algo. Esta semana realmente está siendo muy mala en cuanto a las horas de sueño, y me molesta saber cuál es la razón. Odio esa razón. Más bien odio que la razón sea esa y no otra. De pronto mi cabeza pesa más de una tonelada y mi cuellos ya no puede sostenerla. Los párpados parecen de plomo. El resto de mi cuerpo ha perdido casi por competo cualquier sensación de tiempo y espacio, como si todo no fuera más que un juego Ya está. Ya fue demasiado esfuerzo por esta noche. Apagaré las luces en un instante más. Hora de dormir, con un poco de suerte las cosas serán diferentes mañana.

miércoles, 6 de mayo de 2009

#102

Tal vez debería cambiar el fluorescente del estudio, reemplazarlo por un foco ahorrador con una pantalla o algo así, para difuminar un poco la luz. Lo que me recuerda que desde el año pasado vengo pensando en poner una repisa en el muro detrás de Alexiel, y luego poner una lámpara pequeña en esa repisa, para no tener que estar encendiendo el fluorescente del estudio cada vez que quiero quedarme hasta tarde con la PC. Se supone que el carpintero va a venir mañana para terminar de hacer un mueble para el cuarto de mis viejos, así que voy a dejar una nota antes de irme al trabajo, para que el carpintero suba al estudio y vea dónde va a poner esa repisa. Una vez que la repisa esté en su lugar (calculo que sería más o menos a mediados de la próxima semana), puedo empezar a ordenar las cosas que ahora están amontonadas en mi cuarto. Y cuando todo eso ya esté en su lugar podré poner esa lámpara en la repisa y empezaré a buscar algo con qué reemplazar el fluorescente. Tampoco sería mala idea ponerle una pantalla al foco de mi cuarto, aunque casi no lo uso, pero creo que se vería un poco más agradable. Tendré que pensar en eso y buscar la forma de acomodar mi presupuesto de modo que me permita hacer esas compras y de todas formas conseguir más libros y ahorrar para las compras mayores que pienso hacer dentro de algunos meses. Hora de sacar la calculadora.

martes, 5 de mayo de 2009

#101

Bajo del bus y me pongo la capucha sobre la cabeza para protegerme de las oleadas de frío que por momentos cruzan la noche como fantasmas. Nuevamente la sensación extraña de la ausencia de magia que en realidad es sólo la indicación de la magia remanente en esa esquina. Esta noche no hay neblina, pero eso no significa que vaya a ser una noche tranquila. Detrás de mi empieza a crecer la visión que en un instante me rodea, apenas una brisa para aquellos que pasan a mi lado. Las veo claramente. Líneas que se dibujan sobre la realidad para llevarme a esos días ahora perdidos para siempre junto con el olor de una noche de verano pasada la medianoche. Me acomodo la capucha y meto las manos en los bolsillos. Cierro los ojos y empiezo a caminar entre los recuerdos que se superponen a la realidad. Un gato me observa desde el callejón que comparte con un perro. Lo veo mover las orejas y pasear los ojos sobre mí y a mi alrededor, luego se echa sobre sus patas para cubrirse del frío. El puede verlo también, después de todo los gatos pueden ver cosas que los humanos no podemos. Sigo mi camino sin prestarle más atención. El olor de la comida llena mis pulmones pero no despeja, sino que extiende aún más la bruma sobrenatural de los recuerdos. No pensé que esta magia residual pudiera afectarme. No es la primera vez que me equivoco, y ya he pagado por esos errores. Por ahora necesito un cigarrillo.

lunes, 4 de mayo de 2009

#100

Esta noche camino en medio de una ligera neblina, pero no hay magia a mi alrededor. Al menos no es la misma magia que solía encontrar en noches como esta. Esta vez la energía arcana no me da la bienvenida, sino que parece más bien el eco de una risa burlona ante una herida abierta. Algo se agita en la niebla a mi lado. Una visión de tiempos pasados. Magia ahora convertida en un recuerdo que quedó atrapado para siempre en esta esquina. La Luna creciente me observa curiosa, oculta tras el velo de nubes. ¿Será eso una sonrisa o sólo la sombra de otro recuerdo que aún flota en el aire y se agita en la energía arcana de la neblina? Me invaden recuerdos impregnados del olor de una noche de verano pasada la medianoche. Busco en mis bolsillos un cigarrillo que pueda disipar ese olor, pero perdí mi última cajetilla el mismo día que perdí mi casaca favorita hace tres semanas. Estupideces que ahora regresan para hacer aún más incómoda una caminata que ya de por sí resulta incómoda por la somnolencia que he arrastrado todo el día. De pronto llega a mi mente una canción de The Pogues y sin darme cuenta empiezo a tararearla mientras meto las manos en los bolsillos y pienso que sólo falta el cuadro de narración para que esta noche parezca sacada de un cómic de Hellblazer. Al menos la canción no es Rainy Night In Soho. Tal vez sea hora de empezar a dormir un poco más.

domingo, 3 de mayo de 2009

#99

Tras instalar Ubuntu en Alexiel la noche de ayer, me decidí a aprender a usarlo, o al menos a intentarlo. Hasta ahora estoy fascinado con la velocidad a la que suceden las cosas en Ubuntu, aunque extraño algunas cosas de Windows XP, especialmente mi fiel Winamp que activaba casi sin darme cuenta. Supongo que la velocidad también se debe a que no tengo tantas cosas consumiendo recursos del sistema cuando uso Ubuntu, pero es un entorno bastante efectivo para las cosas que hago en el poco tiempo que tengo de lunes a jueves después del trabajo (blogging, leer noticias y correo, un par de juegos en Facebook), y la velocidad a la que levanta el sistema es realmente útil cuando tienes apenas un par de horas y debes aprovechar cada instante. Claro que me ha llevado un buena parte del día acostumbrarme a usarlo, y sobre todo aprender a instalar aplicaciones y drivers, pero esa parece ser una buena excusa para buscar algún curso de Linux en un instituto.
Hace un par de semanas empecé a considerar la posibilidad de estudiar algún curso libre en un instituto, más que nada por los certificados, y teniendo en cuenta que ahora mis sábados están libres, aprender Linux es una buena excusa para empezar. Un curso de Photoshop tampoco me vendría mal, tanto por la certificación como porque lo poco que sé lo he aprendido por prueba y error, y estoy seguro de que hay muchas cosas que estoy pasando por alto de esa forma. Y los certificados nunca están de más.

sábado, 2 de mayo de 2009

#98

Ayer fue un día bastante entretenido con Micky y su netbook. Un poco frustrante también, pero al menos nos permitió volver a pasarnos todo un día juntos como hacíamos antes de que nos viéramos obligados a enfrentar el mundo real y no tuviéramos ya tiempo para casi nada, mucho menos para las reuniones que teníamos con Ef. Antes nos reuníamos todos los fines de semana, pero con el tiempo las reuniones empezaron a distanciarse cada vez más. Y ahora las pocas horas que nos quedan libres cada día las dedicamos a otras cosas que no hacen sino alejarnos un poco más, y por eso aprovechamos cada oportunidad para reunirnos aunque sea por un par de horas. Algunas veces parece que el tiempo se nos escurriera entre los dedos.
Hablando justamente de esa falta de tiempo, la posibilidad de levantar el sistema de forma casi inmediata me ha atraído hacia Linux, específicamente hacia Ubuntu. Ayer por la noche, cuando ya estuve sólo en el estudio, decidí descargar el .iso del CD de instalación del Ubuntu Jaunty Jackalope, porque sentí curiosidad por un sistema operativo que levantase en más o menos la quinta parte del tiempo que le toma a mi Windows XP tener un escritorio totalmente utilizable. Ahora sólo me queda instalarlo y aprender a usarlo para ver si realmente me permite ser un poco más productivo durante la semana. Espero también que instalar Ubuntu no me de problemas con Windows, y que si llegasen a haber problemas no sean realmente serios.

viernes, 1 de mayo de 2009

#97

Al llegar a casa anoche recibí un mensaje de Micky pidiéndome que lo llame para ponernos de acuerdo para una mañana geek revisando su netbook en el estudio. Hasta ahí todo bien, después de todo siempre estoy dispuesto a ayuda a mis amigos con sus computadoras, así que hice un lista rápida de las cosas que debía revisar en busca de una solución a su problema.
Al día siguiente la mañana empezó bien con una taza de café caliente y un chequeo rápido para estar seguro de tener todo lo necesario. Micky llegó poco después, y empezamos a revisar la netbook. Tras varios intentos frustrados de restaurar el sistema, descubrimos que se trataba de un malware que no nos permitiría hacer mucho a menos que lo pudiéramos eliminar. Un par de horas más tarde era ya bastante obvio que Micky tendría que quedarse a almorzar, pues no podíamos dar con una solución que no pasara por formatearla y empezar desde cero con una instalación fresca de Windows XP. Ubuntu apareció de pronto como una buena posibilidad para reducir el tiempo que demora en levantar, pero descargar el instalador demoraría demasiado.
Agotados ya, bajamos a almorzar y a ver un poco de televisión mientras se completaba una copia de seguridad de la netbook, aunque la posibilidad de volver a infectarla no me convencía para nada. La tarde se convirtió en noche y enfrentábamos ahora el hecho incomprensible de que la netbook se resistiera a completar la instalación. ¿Derrotados por una computadora? Al parecer sí. Al menos por ahora. Una cerveza y una sesión de Play Station servirán para refrescar un poco y ventilar la tensión.