jueves, 7 de mayo de 2009

#103

El día ha pasado en medio de una cierta somnolencia que se niega a ceder ante el café. Hace unos días también la tuve, y la solución fue dormir por varias horas para poder recuperar energías suficientes para poder seguir adelante. He intentado por todos los medios, pero nada parece ser lo suficientemente bueno para mantenerme plenamente consciente. Es más, acabo de quedarme dormido por varios segundos mientras trataba de terminar esta línea. Los ojos se me cierran sin que pueda hacer nada para impedirlo. Mis manos están ligeramente adormecidas, lo cual he notado que siempre me sucede cuando llevo ya demasiadas horas despierto. Si bien he aprendido a aprovechar los minutos en el bus para dormir siquiera un par de horas extra, pero al final casi siempre estoy tan cansado que ya no creo que eso me esté ayudando en algo. Esta semana realmente está siendo muy mala en cuanto a las horas de sueño, y me molesta saber cuál es la razón. Odio esa razón. Más bien odio que la razón sea esa y no otra. De pronto mi cabeza pesa más de una tonelada y mi cuellos ya no puede sostenerla. Los párpados parecen de plomo. El resto de mi cuerpo ha perdido casi por competo cualquier sensación de tiempo y espacio, como si todo no fuera más que un juego Ya está. Ya fue demasiado esfuerzo por esta noche. Apagaré las luces en un instante más. Hora de dormir, con un poco de suerte las cosas serán diferentes mañana.

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