Y nuevamente se acerca el fin de mes, y con él llega la época de pagar las cuentas de la casa, y finalmente parece que he llegado al límite de mis previsiones, lo cual no es realmente una sorpresa, pues alcanzo a pagar las cuentas de mayo y recién tengo que preocuparme por las de junio. La previsión original era llegar hasta las cuentas de junio y recién preocuparme en julio, pero el haber comprado la nueva fuente de poder de Alexiel consumió casi por completo uno de los meses previstos, y algunos gastos imprevistos terminaron de consumir el resto. De todas formas, aún no me he visto obligado a tocar los ahorros, y al parecer no tendré que tocarlos en absoluto, lo cual es perfecto para mis planes al futuro no tan lejano. Mientras tanto, he empezado ya a hacer algunos cálculos con los ingresos del nuevo trabajo, sólo para tener un plan de contingencia ante cualquier imprevisto. Tengo la costumbre de hacer un presupuesto mensual que incluye los gastos de la casa (tanto los necesarios como los más o menos superfluos), la cantidad que debo ahorrar, y finalmente un margen para otros gastos como salidas, libros y gustitos. Al principio era una hoja de papel con varios garabatos, y de pronto se convirtió en una hoja de cálculo con algunas fórmulas que Micky me ayudó a poner para simplificarme la vida. Algunas veces me sorprendo cuando hago cosas como esta, y me pregunto en qué momento fue que me volví adulto.
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