Algunos días pasan sin mayor novedad, salvo por algunas nubes en el cielo, o algo de lluvia o un café excepcionalmente bueno, o alguna cosa medio extraña en las noticias (no digo en el periódico porque casi todas las noticias las recibo en el RSS). Otros días, sin embargo, parecen traer una pequeña cosa, casi imperceptible para los observadores externos, que termina por convertirlo en un día bastante productivo, o al menos bastante prometedor.
Como sea, aunque la crisis aún no se siente con tanta fuerza aquí en el estudio, hoy en la mañana apareció una posibilidad de evitarla por un tiempo más si es que todo sale bien. Si bien no es el trabajo soñado, al menos es una buena fuente de ingresos, el trabajo que pagará las cuentas y me permitirá ahorrar algo de dinero para poder hacer las cosas que realmente me gustan. No voy a hacerme ilusiones aún, pues eso por lo general termina mal, pero no puedo evitar la sensación de alivio que viene con el mero hecho de que exista esta posibilidad de mantener el status quo de la economía familiar. Ahora, si las cosas resultan bien, entonces sí empezaré a hacer planes (es decir, a ilusionarme) y a pensar en futuros proyectos que puedan requerir un poco más de gasto pero que me hagan sentirme bien conmigo mismo y me acerquen un poco más a alguno de los muchos sueños que he tenido hasta ahora y que espero que lleguen a concretarse más temprano que tarde.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario