lunes, 30 de marzo de 2009

#70

El olor del café me guía de regreso al mundo de los vivos entre las brumas de un sueño que no puedo recordar, aunque estoy seguro de que fue bastante extraño. Es una cosa rara cuando no puedo recordar mis sueños pero me quedan algunas impresiones generales, cosas como "era bonito" pero no sé que era lo que era bonito en mi sueño. Prefiero las escasas noches en que no sueño absolutamente nada, o al menos despierto sin recordar el sueño y no tengo esas impresiones generales. La impresión que me queda del sueño de anoche es que era extraño y azul, una suerte de azul que no logro ubicar en el mundo despierto. Tal vez sea mejor así.

Una gota de café cae sobre la hoja de papel doblado que he puesto como posavasos, y forma un pequeño charco oscuro e insondable que luego se va volviendo transparente y más tarde quedará convertido en sólo una mancha circular beige delimitada por un círculo oscuro, apenas una indicación de algo que ya no está ahí pero persistirá en la memoria mientras alguien recuerdo que esa fue una gota de café que cayó de la taza en una tibia mañana de otoño. Me pregunto qué vendrá en esta semana, si las cosas volverán a ser caóticas o si más bien seguirán en su cauce medianamente normal, si tendré otro sueño que después no podré recordar, si finalmente dejará de hacer tanto calor, si volveremos a tener una noche de lluvia y neblina que agite la magia en el aire.

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