En agosto del año pasado decidí que finalmente era hora de aprender a tocar guitarra de una buena vez, así que con ayuda de un amigo compré mi Ibanez GRX20, un amplificador Fender y algunos accesorios. Aunque han pasado ya poco más de seis meses, mi repertorio de acordes es bastante limitado (powerchords y más o menos doce acordes normales, pero sólo cuatro me salen bien), y mi habilidad como guitarrista no podría ser calificada siquiera como decente, resultado de la combinación de poca práctica y una mano izquierda que aún es más bien torpe. La velocidad de mi mano derecha ha aumentado considerablemente, sobre todo porque una parte de mi escaso tiempo de práctica está dedicado a subir el volumen y la distorsión y tocar tan rápido como sea posible. En general podría decirse que ya puedo tocar punk y hardcore, pero aún sigo lejos de poder tocar heavy metal o blues, y debido a eso (y a la situación económica) no he comprado todavía los pedales de efectos.
Lo que ha venido aumentando exponencialmente es la curiosidad por las guitarras en general, efectos, amplificadores, y básicamente toda la parafernalia tecnológica asociada. Anoche me dejé llevar por la curiosidad e hice algunos experimentos con los emuladores de efectos que tengo en la PC. Descubrí que, aunque resulte frustrante el aún no poder tocar bien más de cuatro acordes, el hecho de ponerlos en la PC y pasarlos por varios efectos distintos y en general hacer algo que ya viene sonando a música resulta bastante gratificante, compensa el esfuerzo y anima a seguir adelante.
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