miércoles, 4 de febrero de 2009

#23

Hay algunos días en que me pregunto qué objeto tiene seguir con esto de escribir doscientas cincuenta palabras cada día, o producir un dibujo diario (más bien un boceto), o practicar media hora con la guitarra todas las noches. Después de todo casi nadie lee las cosas que escribo en este blog, muy pocos han visto mis dibujos, y la guitarra es más bien un pasatiempo que quiero cultivar para cuando tenga unos sesenta años. Pero al menos estos y otros proyectos personales más me mantienen ocupado, porque de otra forma mis días no serían más que un continuo no hacer absolutamente nada, y eso terminaría por volverme loco.

He notado que ahora puedo escribir más rápido, y no en cuanto a la cantidad de palabras que puedo tipear por minuto (porque sigo siendo igual de promedio que antes), sino a la forma en que las ideas empiezan a fluir una tras otra una vez que empiezo a escribir, y ese era uno de los objetivos de este propósito/ejercicio. Por cierto, estoy produciendo mucho más que estos posteos diarios. He estado retocando algunas historias cortas, puliendo detalles que no terminaban de convencerme, y hace un par de semanas, entre la nostalgia de haber encontrado mis viejas notas de D&D, empecé a darle forma a varias historias y aventuras que habían quedado inconclusas durante años y que finalmente podrían convertirse en material para unas cuantas sesiones de rol. Mis dados ya extrañan la acción y mis libros quieren sacudirse de encima el paso del tiempo. Va siendo hora de volver a ponernos las armaduras.

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