miércoles, 28 de enero de 2009

#16

Finalmente estoy posteando algo no mucho después del mediodía, aunque no antes del mediodía, y sólo hizo falta que mi hermana me llame por teléfono poco después de las 8 de la mañana. Claro que si no hubiera sido día de limpieza (o si tuviese una laptop o una netbook o si hubiéramos instalado a Bethany en el segundo piso) habría podido escribir antes, pero esos son detalles que tendré que afinar con el tiempo.

El banco sigue enviando publicidad, tratando de convencerme de usar mi tarjeta de crédito para comprar cualquier cosa que se cruce en mi camino. Es tentador, pero si quiero sobrevivir con relativa facilidad cuando el resto del mundo esté agobiado por la crisis, debo evitar acumular más deudas. Claro que cuando fui a comprar el disco duro nuevo me fascinó una laptop, y cuando compré la montura externa para el disco duro había una tarjeta de sonido que hubiera quedado espectacular en Alexiel, y aún sigo pensando reemplazar este teclado y el mouse, pero en realidad no necesito ninguna de esas cosas. Y si no las necesito, no hay por qué darle curso a mi estratégicamente pequeña línea de crédito. De primera mano es tentador que el banco te diga "gasta veinte y te damos cinco mil", pero cuando lees la letra pequeña y ves que son sólo veinte premios de cinco mil, te pones a considerar que el banco tiene más de veinte mil clientes, lo cual reduce tus posibilidades a uno en veinte mil, y eso sin considerar a los clientes con más de una tarjeta. Y esto es si esos clientes sólo gastan una vez durante la promoción. Interesante.

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