martes, 20 de enero de 2009

#08

Durante los últimos días he tratado de poner algo de orden en el estudio, de contener un poco el caos que lo gobierna y lo convierte en territorio hostil para algunos. El sofá y la mesa de café siempre terminan llenos de cosas que dejo temporalmente y nunca terminan de ser reubicadas. La mesa de Alexiel siempre tiene papeles sueltos, ya sean pruebas de impresión, volantes o estados de cuenta. Tengo una caja con fotocopias de la universidad que he querido botar desde que me mudé, pero que siempre termina por quedarse un tiempo más. He llegado a la conclusión de que el caos es inherente a mi estudio, que es imposible llegar a ordenarlo por completo. Es posible limpiar la sala/estudio/taller y mantenerla ordenada por un tiempo, quizá unos días, pero el regreso del caos es inevitable. Es parte de la esencia del lugar. Yo diría que es parte de su encanto.

En términos generales, nunca he podido ser totalmente ordenado. Puedo poner orden en algunas cosas: mi presupuesto, mis cuentas, un cierto método para algunas cosas, los álbumes ordenados alfabéticamente, los libros ordenados por género y luego por autor, un cajón para los gamepads, otro para los juegos, otro para cables y partes de repuesto, una taza para lápices y otra para lapiceros, etc. Pero si damos un paso atrás, estos pequeños bloques de orden están desordenados en el gran cuadro.

Me pregunto si ordenar el estudio realmente hará una gran diferencia en mi vida. Creo que sólo lo sabré cuando termine.

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