"Viajar en el tiempo siempre ha sido posible en sueños" dice Madame Vastra en el final de la séptima temporada de Doctor Who. Me gusta esa frase porque, incluso tratándose de un episodio de una serie de ciencia ficción que lleva más de cincuenta años en el aire y que reinventa sus propias reglas cada vez que lo necesita, no deja de resultar interesante.
Hace un par de noches tuve un sueño bastante peculiar en el que observaba desde fuera el encuentro entre dos versiones de mí mismo: uno en busca de respuestas justo después de una crisis personal, y el otro de hace apenas un par de años, cuando esa crisis ya estaba bastante lejos. El timbre me despertó antes de poder escuchar lo que estaban diciendo, y realmente me hubiese gustado escucharlo porque no tengo la menor de cómo salí de esa crisis. ¿Estaré viviendo en la estela de una paradoja producida por un viaje en el tiempo dentro de un sueño? ¿No debería haber colapsado todo al producirse la paradoja? ¿Acaso colapsó y se reconstruyó sin que nadie se diera cuenta? O tal vez el sueño fue solo la proyección de que algunas veces me gustaría poder regresar a ciertos puntos de mi vida sabiendo qué hacer o qué decir o hacia dónde ir.
Un antojo bastante intenso de brioche con queso paria y orégano me distrae. Será motivo para dar una caminata larga en busca de pan y queso, y respirar un poco de aire húmedo por la neblina.
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