viernes, 6 de mayo de 2011

2011-018

Estos días de otoño han sido bastante interesantes. Ha empezado a hacer un poco de frío últimamente, y he empezado a sentirme cada vez mejor justamente por eso. Una frazada extra en la cama. Té caliente a media mañana sin morir de calor. Nubes gordas y ligeramente grises en la tarde. Gotas de lluvia formando pequeños charcos en el bulevar. El olor a tierra mojada. Viento frío contra la piel mientras camino entre las sombras de las noches de otoño. Mañanas de pie en la ventana, con una taza de café en las manos, viendo la ligera neblina que empieza a recorrer las calles como un ser vivo.

Me gusta el frío. Tal vez sea una cuestión de nostalgia más que cualquier otra cosa, pero siempre he preferido el otoño y el invierno. Algunos de los mejores recuerdos que tengo son de momentos ocurridos durante distintos inviernos, algunos mucho más fríos que otros, pero siempre con más recuerdos buenos que malos. La compañía correcta hizo que este último verano fuese más soportable que antes, lo cual fue una sorpresa bastante agradable después de mucho tiempo, aunque realmente me hubiese gustado tener esa misma compañía durante el invierno anterior.

Todavía faltan varias semanas para que llegue el invierno, y parece que va a ser uno bueno, al menos desde mi punto de vista. Mientras tanto, el otoño está aún un poco indeciso, pero de vez en cuando regala días bonitos con nubes gordas y noches de viento frío. Caminaré un poco mientras espero la lluvia.

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