miércoles, 13 de febrero de 2013

2013-003

Esperando una vez más, ahora en un sitio que solía frecuentar hace varios años y al que dejé de venir por ninguna razón en particular. Es uno de esos ahora extraños días en que el sol no se decide a salir. En las manos un vaso de café sin azúcar y en el bolsillo una cajetilla de cigarrillos y un encendedor. Me invade de pronto la sensación de que me observa alguien que no puede estar allí porque hace tres horas estaba prácticamente en otro planeta. Un día de primavera como cualquier otro, en medio de un verano que no parece ser como cualquier otro. Allá vas. Las manos en los bolsillos de esa vieja casaca que debes haber tirado a la basura hace mucho. El recuerdo de un nudo en la garganta. Un trago largo de café.

L'esprit d'escalier con demasiado tiempo de retraso. Cosas que se pudieron decir pero quedaron para siempre arrumadas junto con todo lo que pudo ser en otro momento. Otro trago de café.

Siento por un instante la mirada de la pareja al otro lado del pasillo. A ella la conocí hace mucho, en algo que cada vez parece más otra vida. Recuerdo esos ojos. A él también lo conocí, un par de años después. ¿Me habrán reconocido? Espero que no. Realmente no tengo muchas ganas de poner al día las historias. La repentina resolana es una buena excusa para ponerme los lentes oscuros y caminar hacia otro lugar. Es uno de esos días.

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