martes, 3 de febrero de 2015

2015.008

En la mañana una ducha y después una taza de café bastante grande para terminar de despertar y leer titulares.
En la noche la manía de buscar algo más que hacer cuando ya debería estar yendo a dormir. Un nivel más. Una puerta más en el calabozo. Un garabato más en el cuaderno. Un par de páginas más. Un episodio más. Y así hasta que ya es bastante más allá de la hora en que debí haberme ido a dormir. Es la razón por la que no tengo un televisor en mi cuarto, las cosas de Dungeons & Dragons están en la sala, la única consola que tengo está desconectada y los juegos que puedo jugar en la PC sólo funcionan como deben en la PC del estudio… pero los tengo en Steam, que también está instalado en la laptop y me permite poner el juego en la PC, jugarlo en la laptop por streaming, ponerlo en el televisor de la sala y quedarme enganchado por un buen rato. También puedo usar Plex para ver en la laptop los episodios y películas que guardo en el disco duro del estudio. Además está la pila de libros por leer justo al lado de la cama. Soy mi peor enemigo, y al parecer disfruto siéndolo.
Ahora a seguir buscando la forma de armar un servidor de archivos sin destruir mucho mis cuentas (y dejar una reserva) y así terminar de complicar todo y mandar mi rutina de sueño tan lejos que quizás alcance a dar una vuelta completa y regrese a su forma correcta. Como si fuera posible.

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