sábado, 1 de agosto de 2009

#136 - Sombras de un Cielo Absurdo: 15.

El primer trabajo que Alice encontró en Marte fue de mesera en el Olympian, y no había cambiado de trabajo desde entonces. No tenía una vida social muy activa, lo cual era considerado paradójico por su amiga Leandra, pues había al menos un centenar de hombres que habrían estado dispuestos a llevarla a donde quisiera. Pero eso no era lo que quería. Su vida era más bien rutinaria. Al trabajo todas las mañanas, luego al gimnasio del edificio y después a su departamento/taller a pintar. Algunas veces alguna de sus amigas, sobre todo Leandra, aparecían de pronto en su puerta, o en la puerta del café, para llevarla a alguna fiesta o al parque, para ver si alguien la secuestra, como decía Leandra entre risas. Su vida rutinaria le había permitido ahorrar una buena cantidad de dinero, que principalmente había sido invertido en mejorar su propio departamento y adecuarlo para que fuese también su taller de pintura. Sin embargo, algunas veces (sobre todo en los días fríos de invierno) se preguntaba si no estaría dejando de lado su propia vida sólo para jugar a ser una artista. La respuesta siempre era la misma. Esta era su vida. Esto era realmente lo que quería hacer. La Tierra podía quedar para después, porque a fin de cuentas no era como si el planeta fuera a irse a otra parte. No tenía mayores preocupaciones y se sentía complacida. La única cosa que la preocupaba era ese sangrado nasal que había tenido cada mañana durante los últimos siete días.


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